Con meses de crecimiento sostenido, es uno de los sectores que más se ha beneficiado con la crisis.
Por Fernando Fernet & LaHienaDeLaPalabrota.
Los centros de yoga no dan abasto por la cantidad de nuevas matrículas que se registran día a día: -"Ayer, 140, hoy vamos por la 201 y todavía hay una cola de una cuadra."- revela la recepcionista de un gimnasio en Lanús, donde se enseña la disiplina, con un maestro de la india: -"Una cosa es hacerse la paja, pero otra totalmente distinta es chuparse la pija uno mismo. Pero para eso hace falta disciplina y entrenamiento, no es retorcerse y chupar."- explica le profesor.
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Todo empieza con un entrenamiento de yoga normal, hasta que le meten una pija en la oreja. |
-"Hacer el curso no significa ser trolo o que siempre te tires la goma vos mismo. Hay veces que no se puede pagar, o que hay policía en los baños de la estación Constitución, entonces esto termina siendo una buena alternativa."- revela uno de los alumnos del Centro de Yoga Shoami Pramananda, de Palermo y agrega: -"A mi me parecía una cochinada, pero me hicieron probar la poronga de otro y la verdad me gustó."-
Los cursos son para ambos sexos, pero la mayoria de los inscriptos son hombres: -"Si bien por su naturaleza y contextura la mujer es mucho más flexible que el hombre, el esfuerzo que deben realizar para chuparse la cajeta es mucho mayor al del hombre, de ahi a que prefieran otras formas de satisfacción como meterse un pepino en la concha y una zanahoria en el orto, o comprar un perro de esos chupaconcha que están muy de moda."-
Los cursos son para todas las edades, pero están contraindicados para personas mayores, en especial si tienen alguna protesis de cadera: -"Se fuerza mucho esa zona, y si la prótesis es de PAMI, se suele romper. En esos casos, o zanahoria o perro."- dice el maestro yogui.
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